viernes, 24 de enero de 2014

¿Pedir o no pedir?

¿Pedir o no pedir?


 “Porque todo aquel que pide, recibe” Mateo 7:8
Hace poco una amiga me hizo un comentario muy interesante.

Mientras impartía su clase en un seminario bíblico, uno de sus alumnos le hizo la siguiente pregunta: ¿No es contradictorio que en unos pasajes se nos motiva a orar por nuestras necesidades y en otros nos dice que no nos preocupemos, que Dios suplirá?

Mi amiga me recuerda algunos versículos que hablan del pedir, como el famoso capítulo 7, versículo 7 del evangelio según Mateo: “Pedid y se os dará,…” en Juan 14:13-14: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré”. En Mateo capítulo 6 el Señor Jesús anima a sus discípulos a no angustiarse por el vestido o por la comida: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

El comentario entonces, fue el siguiente: “Si un hermano en necesidad, que tiene hambre, está sin trabajo, no tiene con que vestirse, debo decirle que busque el Reino de Dios primero, ¿que se dedique a ORAR por las cosas espirituales y mandarlo a su casa de esta manera? ¿El no puede ORAR por comida pues Dios se la dará y lo mando a su casa con hambre? ¿Qué se debe de hacer en ese caso? ¿Es malo entonces pedir por las cosas materiales?

No tengo la costumbre en esta sección de entrar en análisis exegéticos profundos, pero si reflexionar acerca de lo que nos dice la Biblia tomándola como un todo. También quisiera ir un poquito mas allá de la típica respuesta: “es que a Dios le gusta que le pidamos”.

Aparte la exhortación categórica y directa del Apóstol Pablo en su primera epístola a Timoteo en el capítulo 2, hay una oración en la Palabra que tiene dos características muy especiales, una por quien la realiza y segundo porque está considerada la oración por excelencia. El Padre Nuestro.

Veamos en el evangelio de Mateo:
“Vosotros, pues, oraréis así:
9 Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Perdónanos nuestras deudas
Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 No nos metas en tentación,
Sino líbranos del mal,
Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria,
Por todos los siglos. Amén”

¡Que hermosa oración! Comienza con una alabanza reconociendo la divinidad del Padre, pero el versículo 10 no es otra cosa que una petición; El versículo 11 una petición por el pan diario; El versículo 12 una petición por perdón; el 13 una petición para ser librados de la tentación y el final del versículo 13 concluye explicando el porqué de esas peticiones: “¡porque de Él es el Reino, el poder y la gloria por todos los siglos!”

Si el Señor sabe que necesitamos alimento entonces ¿para que pedirlo, como en el Padre Nuestro? Vayamos mas allá, si Dios sabe que nosotros tenemos necesidad de perdón, entonces, ¿Para qué pedir perdón? ¿Y por que ser específico? Ha pedido perdón alguna vez diciendo “Señor perdóname por el pecado aquel… tu sabes cual… el de sábado…” ¿o no dice la Biblia que debemos confesar nuestros pecados?, pero ¿si ya Dios los conoce?

Porque el pedir significa reconocer que dependemos de Dios para todas las cosas y le somos agradecidos por estas. Si yo lucho trabajando duro para tener dinero y comprar comida, ¿debería entonces cancelar el versículo 11 de mi Padre Nuestro? No necesito pedir pan, pues me lo gano yo con mi trabajo. Eso sería soberbia, soberbia pura y dura.

Debemos hacer peticiones NO porque Dios no las sepa ya, sino porque de esa manera reconocemos en humildad primeramente, que necesitamos de Él para suplir dichas necesidades, y en segundo lugar reconocemos que a Él le pertenecen todas las cosas. Del Señor es la tierra, su plenitud, el mundo y todos los que en él habitan. ¡Dame el pan de cada día, porque aunque trabajo y creo merecerlo, todo el pan es tuyo y está en ti dármelo, así como todas las cosas!

Veamos nuevamente:

Mateo 6: “31 No os angustiéis, pues, diciendo: “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”,
32 porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas.
33 Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

La clave de estos versículos está en la palabra “angustiéis”. El Señor quiere decir que no debemos angustiarnos, preocuparnos o afanarnos por las cosas que Él sabe que necesitamos, ya que eso significaría falta de confianza y de fe en Él. Por el contrario debemos, antes de angustiarnos, buscar el reino de Dios y su justicia y ese es un “paquete que abarca muchas cosas”. No debemos cometer el error de “sobremistificar” el término reino de Dios. Buscar el reino de Dios no significa apartarse a orar y ayunar y dejar nuestras responsabilidades a un lado esperando que sea Dios quien las supla.

Si vemos a alguien en necesidad, no podemos dejarle y decirle que busque primeramente el reino y su justicia, ya que nosotros no estaríamos buscando la JUSTICIA dejándolo en su necesidad, pues haríamos una cosa injusta y poco acorde con lo que dice la Biblia.

Buscar el reino va mas allá, significa, no solo cultivar la parte correspondiente a la oración o la lectura de la Palabra, significa vivir una vida ejemplar, honesta, esforzada, de buen testimonio, de continuo trabajo para mejorar y edificarse en el medio donde nos toca vivir, estudiar o trabajar y eso justamente trae añadiduras, las cuales Dios se encarga de ¡darlas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos! (leer efesios 3:20).

¿Y que hay acerca de pedir cosas materiales? ¿Debemos sentirnos bien o mal al pedir un automóvil, una casa propia, un compañero o compañera, o un buen empleo, etc.? Nuevamente, Dios conoce los corazones y las necesidades de cada quien.

Está bien pedirle, ser franco y sincero con nuestro Padre, pero sería conveniente antes de pedir revisar nuestras motivaciones en profundidad. ¿Por qué estoy pidiendo eso?, ¿realmente lo necesito?, ¿estoy viviendo en función de conseguir eso que estoy pidiendo (siendo buen administrador del dinero, por ejemplo)?, ¿qué pasaría si Dios no me lo concede? ¿Me estoy angustiando por recibir eso que tanto anhelo? ¿Busco de Dios porque le amo y le necesito o porque amo y necesito las añadiduras que Él me promete si le busco?… Estoy seguro que Dios pondrá en tu corazón más de esas preguntas.

“Señor, te amo porque has sido maravilloso para conmigo; debo confesar que muchas veces no sé como pedir y hasta dudo si debo hacerlo… a veces me pregunto si hacerlo tantas veces es falta de fe y de confianza. Te ruego que me enseñes a pedir. Pongo delante de ti mis necesidades, sé que las conoces pero yo quiero reconocer que las tengo y te necesito para que estas sean suplidas, porque tuyo es el reino, la gloria y todo el poder, por todos los siglos. Amén”

miércoles, 22 de enero de 2014

Contra todo pronóstico médico sobrevivió

Gianna, contra los pronósticos médicos sobrevivio, sostiene la cabeza, camina, habla y, aunque tiene algunos rastros físicos de su batalla por la vida, es una persona capaz de valerse por si misma, al punto de dar conferencias...

 Contra todo pronóstico

La madre biológica de Gianna Jeseen tenía diecisiete años y siete meses y medio de embarazo cuando tomó la decisión de poner fin a la vida de su bebé. Fue a una clínica de abortos en el condado de Los Ángeles donde se le aplicó una inyección salina en el vientre. Se le dijo que en 24 horas la bebé moriría; sin embargo, y ante la sorpresa de todos, la pequeña niña nació viva.
Gianna Jeseen fue trasladada a un hospital donde estuvo tres meses en una incubadora y fue diagnosticada con parálisis cerebral como resultado de la falta de oxígeno en el útero. Los médicos no esperaban que viviera ni que pudiera sostener la cabeza, sentarse, gatear o caminar. Diecisiete meses después fue entregada a una madre adoptiva provisional con la que vivió hasta los 4 años cuando fue legalmente adoptada.

Su vida no fue fácil, recién pudo caminar a los tres años con la ayuda de aparatos ortopédicos pero desde que tenía 14 años, ella ha viajado alrededor del mundo hablando de su experiencia a legisladores y otros gobernantes, llevándolos a reconsiderar su posición sobre el aborto.
No es de sorprenderse que una persona con este testimonio sea admirada por su valor y sea repudiada y hasta odiada por quienes están a favor del aborto. Sin embargo, ella se ha propuesto ser una mensajera de la vida. Ha perdonado a su madre biológica y se ha embarcado en su propósito.
Ella no debería haber sobrevivido a la práctica que le realizaron pero Dios tenía un plan diferente y lo que Él decreta simplemente es.
“A eso se refieren las Escrituras cuando citan lo que Dios le dijo: «Te hice padre de muchas naciones». Eso sucedió porque Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y crea cosas nuevas de la nada. Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa será la cantidad de descendientes que tendrás»” Romanos 4:17-18 (NTV)

Tal vez han hecho cosas contra ti, han atentado en contra tu vida, familia, trabajo, etc. y Dios se ha parado delante de ti y te ha defendido. Si tienes cicatrices de tu batalla no te deprimas ni te sientes a contemplarlas, ellas son el recordatorio de que Dios está contigo y que cuando Él dice que algo es no hay nadie que pueda ir contra eso.
Gianna, contra los pronósticos médicos sobrevivió, sostiene la cabeza, camina, habla y, aunque tiene algunos rastros físicos de su batalla por la vida, ella es una persona capaz de valerse por sí misma, al punto de dar conferencias y ser un referente de la lucha en pro de la vida. Y todo esto no es casualidad, sino que creyendo en que Dios la ama y tiene un propósito para su vida puso toda su fe, su esperanza en el dador de la vida y hoy es la voz de aquellos que nunca podrían llegar a tenerla.
Ponte de pie, cumple la misión que te fue dada. No estás aquí por una simple casualidad ni te ha tocado vivir esas experiencias sólo porque sí, sino que Dios quiere usarte, Él tiene un plan maravilloso para tu vida.

No importa lo que estés atravesando, Dios puede cambiar cualquier circunstancia.

 Fuente: http://reflexiones.noticiascristianas.me


El Asalto

Se cuenta que una vez asaltaron a Matthew Henry, conocido ministro y comentarista bíblico del Siglo XVIII (1662-1714). Después de lo sucedido, algunos de sus amigos le preguntaron cómo se sentía. Cualquiera hubiera esperado una queja, pero lejos de eso, su respuesta fue: Me siento muy agradecido con Dios… de hecho, tengo cuatro cosas por las cuales estarle agradecido en cuanto a esto que me ha pasado.
Primero, le estoy agradecido porque es la primera vez que me asaltan. Segundo, porque me robaron la bolsa y no me quitaron la vida. Tercero, le estoy agradecido porque si bien se llevaron todo lo que tenía encima, esto en realidad no era mucho. Y cuarto, porque me robaron a mí y no fui yo quien robó.
 
Cuando algo malo nos sucede, tendemos a centrarnos en eso y perdemos de vista las cosas buenas que pueden haber sucedido en medio de las adversidades. Nos olvidamos que Dios tiene el control de nuestras vidas y que Él no permitirá que nada nos dañe.

Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo . Efesios 5:20(NTV)

Puede ser que más adelante veamos de qué cosas nos libró el Señor o quizás nunca lo sepamos con claridad, pero puedes confiar en que no hay lugar más seguro que en sus manos y que si Él permite algo es porque tiene un propósito.

echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:7 No te desanimes, estreses, desesperes y mucho menos reniegues contra Dios por las circunstancias que estás viviendo, dale gracias porque Él tiene cuidado de tu vida y todo tiene un propósito.

martes, 21 de enero de 2014

Familia Cristiana – Principios Cristianos para una familia de éxito

Sonó el teléfono celular. Seis y cincuenta y siete minutos de la tarde. Las sombras de la noche comenzaban a morir en la ciudad. Leonardo miró la pantalla del aparato para identificar de quién se trataba. Frunció el ceño. Lo pensó por unos instantes que parecieron una eternidad y oprimió la tecla con la que se rechazaba el contacto.
Normal—pesará usted–. Una llamada que alguien no quiere recibir”. Pero, ¡Cuidado! Aún no conoce el contexto, y cuando lo sepa en detalle, sin duda comprenderá la importancia de aquella decisión.
Leonardo es ingeniero industrial. Vive junto con su esposa Rocío y dos pequeños hijos de tres y siete años, respectivamente.
Tuvo un encuentro personal con el Señor Jesucristo hace tres meses, fruto de las oraciones de su cónyuge. Le gustaba ir a la iglesia cada domingo. Los mensajes del pastor le parecían alentadores; sin embargo, las tentaciones propiciadas a través de sus amigos, le llevaban a experimentar incertidumbre.
El viernes tenemos una invitación a un asado en casa de Ricardo—le dijo su compañero de oficina–. La idea no es quedarnos hasta muy tarde. Bastará con bebernos unas cuantas cervezas. Nada más. Lucía, la chica nueva de contabilidad, ¿la recuerdas?, confirmó que irá. Además, ella preguntó si irías. Vamos, anímate.—
Dudó por unos segundos.
Mira, sabes que asisto a la iglesia—argumentó.
Lo se, lo se, Leonardo. Pero mira, James es cristiano y no se pierde una fiesta—le refutó el joven.
La conversación quedó en el aire. Por esa razón, aquella llamada en su teléfono móvil era tan trascendente. Ir o no ir a la reunión marcaba la diferencia.
Esta noche quiero disfrutar tu compañía y la de los niños—le dijo a Rocío. Ella no entendió bien el asunto, así que se encogió de hombros con un gesto picaresco, y lo abrazó enamorada.
¿Queremos familias de éxito?
Construir familias de éxito es posible, no en nuestras fuerzas sino en las de Dios. Hace poco, mientras predicábamos en una zona marginal, al oriente de mi amada Santiago de Cali, me dijo un integrante del  equipo de evangelismo: “Todo ha cambiado desde que le dimos el primer lugar al Señor Jesucristo en nuestra familia. Yo mismo me sorprendo con el cambio que hemos venido experimentando”.
Sí, es posible edificar familias que se levanten en victoria, en las que primen buenas relaciones entre los componentes de la pareja, y en el esquema relacional padres-hijos. ¡Déle el primer lugar a Dios, el lugar que le corresponde,  y vera maravillosos resultados en su vida y la de los componentes de su círculo familiar! Todo, absolutamente todo cambiará.
Un poco más de mil doscientos años antes de Cristo, Josué, el patriarca que encabezó la conquista de Canaán para el pueblo de Israel compartió con el liderazgo unos principios que son fundamentales y que cobran particular vigencia hoy, si queremos hogares de éxito: “Por lo tanto, ahora ustedes entréguense alSeñor y sírvanle fielmente. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del río Éufrates y en Egipto, y sirvan sólo al Señor. Pero si a ustedes les parece mal servir alSeñor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra”(Josué 24:14, 15, Nueva Versión Internacional)
El pasaje encierra varios principios que le invito a considerar, en el propósito que le asiste de construir una familia de éxito.
1. Entregarse al Señor
Solo cuando el vidrio es sometido a altas temperaturas y expuesto a un proceso de moldeado, puede transformarse en hermosas figuras. De un elemento sencillo, se diseñan verdaderas obras de arte.
Igual ocurre con nuestras familias. Si queremos que se produzcan cambios y se derribe todo muro de disensión, es necesario someternos al obrar del Señor. Por todo esto Josué enfatizó en su instrucción: “…entréguense al Señor… Respetar a Dios es someternos y en una actitud de verdadera entrega, permitirle que obre en nuestro ser.
2. Servir al Señor fielmente
Una familia que se entrega a Dios, es una familia que le sirve, y en consecuencia, recibe enormes bendiciones.
Josué animó a los israelitas y a nosotros hoy, al decir: “…sírvanle fielmente”. Le sugiero que lea de nuevo el texto.  Si usted se identifica conmigo en el anhelo de edificar, con ayuda de Dios, una familia de éxito, encontrará un principio esencial: la sinceridad y lealtad a Dios, toca el corazón de Dios. Él se glorifica en aquellos hogares que le buscan.
Una forma aconsejable de encaminarnos en esa dirección es restableciendo el altar familiar. Meditar en un versículo. Orar juntos por asuntos comunes. Incluso, compartir una buena película.
Josué también les exhortó a deshacerse de todo lo que significa idolatría: “Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron…”. En otras palabras, es quitar de delante de nosotros todo aquello que desplaza a Dios y le roba la honra y gloria que le corresponden.
Con el uso del Internet y el DVD, mis hijos mayores estaban siendo dominados por la pornografía. Hablamos del asunto. Ahora, tras reconocer su error, ellos mismos han pedido que ejerzamos control sobre la utilización de estos instrumentos”, me explicó Andrés, un hermano en la fe que al igual que usted y que yo, desea que haya éxito al interior de su hogar, venciendo dificultades y dando pasos sólidos hacia la construcción de valores y principios.
3. No permitir que le contamine la sociedad
Un chico a quien conocí en una zona marginal al oriente de la ciudad, me decía: “Cuando sea grande quisiera ser como Santiago. Él es muy bravo. Todos lo respetan. Además, usa armas y anda en una motocicleta poderosa.”· El joven al que se refería con tanta admiración era un peligroso pandillero y delincuente de la zona.
Es evidente que el medio que nos rodea ejerce una poderosa influencia en nuestra existencia. Gran parte de lo que pensamos y hacemos se fundamenta en los antivalores prevalentes en la sociedad circundante. Y los más vulnerables son nuestros hijos. Por ese motivo, si queremos edificar familias de éxito, es esencial que cambiemos ese esquema, poniendo freno a los factores negativos que nos influencian.
Josué fue claro al advertirle a los israelitas, y por supuesto, se aplica a nosotros hoy: “Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes a quien van a servir: a los dioses a los cuales sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan”(Josué 24:15 a, Nueva Versión Internacional)
El cine, la música, la televisión, y en general los medios de comunicación, nos afectan negativamente con toda suerte de mensajes agresivos, sensuales, pornográficos y promotores del individualismo. Nos golpea a todos por igual:: a los componentes de la pareja y a nuestros hijos. La decisión de permitirlo o no, es nuestra y nada más que nuestra. ¡Dentro de sus posibilidades, ponga límites sanos a la influencia que reciben usted y su familia a la información que reciben a diario!
4. Decídase por el Señor
Cada quien es dueño de sus propias decisiones. Usted que conoce de Dios, determínese a serle fiel y oriente sus esfuerzos para que la misma actitud se replique en los componentes de su hogar. Es el cimiento para edificar eficazmente familias de éxito. Josué, el gran conquistador, tenía muy claro el valor de las determinaciones cuando declaró: “Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”(Josué 24:15, Nueva Versión Internacional)
Nuestra sociedad se encuentra abocada a un progresivo deterioro por la carencia de principios y valores. No obstante el curso de los acontecimientos puede cambiar si le damos a Dios el primer lugar en nuestros hogares. Y la decisión parte de usted, que es creyente.
A partir de su determinación, que encuentra un valioso refuerzo en la oración, encontrará que todas las cosas comienzan a cambiar. ¡Decídase por el Señor! Hoy es el día para comenzar una nueva vida.

sábado, 4 de enero de 2014

Nada tiene sentido





Eclesiastés 1:18
La Biblia Nueva Traducción Viviente (NTV)

Estas son las palabras del Maestro, hijo del rey David y gobernante de Jerusalén.

Nada tiene sentido
«Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!».

¿Qué obtiene la gente con trabajar tanto bajo el sol?. Las generaciones van y vienen, pero la tierra nunca cambia. El sol sale y se pone, y se apresura a dar toda la vuelta para volver a salir. El viento sopla hacia el sur y luego gira hacia el norte. Da vueltas y vueltas soplando en círculos. Los ríos desembocan en el mar, pero el mar nunca se llena. Luego el agua vuelve a los ríos y sale nuevamente al mar. Todo es tan tedioso, imposible de describir. No importa cuánto veamos, nunca quedamos satisfechos. No importa cuánto oigamos, nada nos tiene contentos.

La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora.

El Maestro habla sobre la inutilidad de la sabiduría

Yo, el Maestro, fui rey de Israel y viví en Jerusalén.  Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una existencia trágica al género humano. Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento.

Lo que está mal no puede corregirse; lo que se ha perdido no puede recuperarse.

Me dije: «A ver, soy más sabio que todos los reyes que gobernaron Jerusalén antes que yo. Tengo más sabiduría y conocimiento que cualquiera de ellos». 17 Así que me dispuse a aprender de todo: desde la sabiduría hasta la locura y la insensatez; pero descubrí por experiencia que procurar esas cosas es como perseguir el viento.
Cuanta más sabiduría tengo, mayor es mi desconsuelo; aumentar el conocimiento sólo trae más dolor.

Nota; Eclesiastés 1:1 En hebreo Qohelet; este término se traduce «el Maestro» en todo el libro.

Que dice la Biblia sobre el Arrepentimiento





El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)

Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. (Marcos 6:12)

Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
(Salmos 34:18)

Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.
(Salmos 147:3)

Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; (Job 11:14,15)

Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá. (Ezequiel 18:21,22)

... Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
(Mateo 9:13)

El Eterno te bendiga